«Ponemos de relieve que en ningún caso se debe promover el aborto como método de planificación de la familia (…) Reafirmamos que el niño (…) necesita protección y cuidados especiales (…) tanto antes como después del nacimiento y que se deben adoptar medidas especiales de protección y asistencia en favor de todos los niños, basándose en el principio del interés superior del niño».
Esto es solo parte de la denominada «Declaración de Ginebra: Consenso sobre el fomento de la salud de las mujeres y el fortalecimiento de la familia», el cual se firmó el pasado 22 de octubre, y en la que 32 países se comprometieron, de manera clara, a decir «no existe un derecho internacional al aborto».
Estados Unidos, Brasil, Egipto, Hungría, Indonesia y Uganda son tan solo parte de esas naciones que expresaron «la prioridad fundamental de proteger el derecho a la vida». Ellos afirmaron que se comprometen a «realizar labores coordinadas en foros multilaterales; a pesar de no haber podido reunirnos en Ginebra a causa de la pandemia mundial de COVID-19».
La introducción del escrito, conformado por dos páginas, dice: «Nosotros, ministros y altos representantes de Gobierno, habiendo previsto reunirnos al margen de la Asamblea Mundial de la Salud de 2020 en Ginebra (Suiza) para examinar los avances logrados y los retos que plantea la defensa del derecho de las mujeres a los más altos niveles posibles de salud; para promover el aporte esencial de las mujeres a la salud, y la fortaleza de la familia y de una sociedad eficaz y floreciente».
Dentro de algunos puntos destacados, estos países señalaron y acordaron: «Ponemos de relieve que los hombres y las mujeres tienen igualdad en el goce de todos los derechos civiles y políticos, así como los derechos económicos, sociales y culturales; y que la igualdad de derechos, de oportunidades y de acceso a los recursos, la distribución equitativa entre hombres y mujeres de las responsabilidades respecto de la familia y una asociación armoniosa entre ellos es indispensable para su bienestar y el de su familia; y que las mujeres y las niñas deben tener igual acceso a una educación de calidad, a los recursos económicos y a la participación política, así como las mismas oportunidades que los hombres y los niños en el empleo, el liderazgo y la adopción de decisiones a todos los niveles”.
En apego a la Declaración Universal de Derechos Humanos, centraron su atención en la familia. «Reafirmamos que la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado, que la maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales y que las mujeres desempeñan una función decisiva en la familia, así como reafirmamos la contribución de las mujeres al bienestar de la familia y al desarrollo de la sociedad”, dictan las naciones firmantes.
Radio Santa Clara consultó, recientemente, al Ministerio de Relaciones Exteriores de Costa Rica, la participación o no, de nuestro país en esta Declaración. Al respecto, Miguel Díaz, Director de Comunicación Institucional del Ministerio, emitió la siguiente respuesta oficial: «Con respecto a la consulta, nos permitimos indicar que la Misión Permanente de Costa Rica en Ginebra no recibió ninguna información ni invitación alguna a sumarse al Consenso de Ginebra. La primera noticia que se tuvo sobre dicho tema fue por medio de información de prensa, el día 22 de octubre».
Según señaló Díaz «hasta donde la Misión tiene conocimiento, tampoco fue un tema que se discutiera o circulara a través de las comunicaciones informales o los canales de comunicación con las otras misiones permanentes».
De este modo, Costa Rica no forma parte de esta Declaración que expresa: «no existe un derecho internacional al aborto, ni recae sobre los Estados una obligación internacional de financiar o facilitar los abortos, en consonancia con el consenso internacional de larga data de que cada nación tiene el derecho soberano de implementar programas y actividades coherentes con sus leyes y políticas».
La Declaración de Ginebra es enfática en lo relativo al aborto y políticas alrededor de esto, pues las naciones firmantes señalaron el compromiso de colaborar en: «mejorar y garantizar el acceso de las mujeres a los avances en materia de salud y desarrollo, en particular de salud sexual y reproductiva, que siempre deben promover una salud óptima, el grado máximo de salud que se pueda lograr, sin incluir el aborto».
Recordemos que en Costa Rica, el presidente de la República, Carlos Alvarado, y el ministro de Salud, Daniel Salas, firmaron el jueves 12 de diciembre de 2019, la norma técnica para la interrupción terapéutica del embarazo.
Los países que firmaron la Declaración sentenciaron su compromiso de «apoyar la función de la familia como la base de la sociedad y como fuente de salud, apoyo y cuidado».