Luego de los deslizamientos ocurridos desde el pasado sábado 15 de julio, el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica, Universidad Nacional (Ovsicori-UNA), emitió un boletín con información importante y estadísticas sobre la situación dentro del Parque Nacional del Agua Juan Castro Blanco, donde se encuentra el epicentro de esta emergencia.
De acuerdo con la institución de investigación universitaria, en el sitio se registran cerca de ocho deslizamientos, los mismos han sido identificados a través de instrumentos de medición sísmica y se extendieron hasta el día 17 de julio.
Como parte de sus resultados, comentan que el Volcán Platanar, de tipo estrato volcán, está compuesto por varios cráteres y no cuenta con registros de actividad histórica.
En el caso de la zona principal de deslizamiento, la misma se encuentra entre el Volcán Viejo y el Volcán Porvenir.
Ovsicori estima de forma preliminar, que la zona afectada es de 70 hectáreas, lo cual representa unos 13 millones de metros cúbicos de material colapsado, es decir, tres veces el tamaño del Estadio Nacional de Costa Rica. La información se deriva de una ortofoto (presentación fotográfica de una zona en la superficie terrestre) de los primeros 2 kilómetros del deslizamiento.
El derrumbe generó en la zona cuñas de hasta 80 metros de profundidad. Además, identificaron cuatro lagunas, que suman una superficie de 5.430 metros cúbicos, las cuales catalogan “podrían ser un peligro potencial para futuras cabezas de agua”.
El Ovsicori menciona que según su instrumento de medición sísmica, no se registra actividad relacionada a procesos tectónicos o volcánicos en las inmediaciones del Complejo Volcánico Platanar-Porvenir.
Con relación a esta emergencia, el vulcanólogo, Gino González, de la organización Volcanes Sin Fronteras, en Costa Rica, dijo a Noticias Santa Clara, que efectivamente, muchas de las lagunas que forman parte de la belleza exuberante de esta Área Protegida se formaron producto de deslizamientos en el pasado.
Para González, este deslizamiento podría significar que se repita la historia geológica del volcán dormido.
Enfatizó en que un deslizamiento dentro del área de un volcán, debe ser de mucho cuidado, debido a que los mismos pueden venir acompañados de algún cambio en la actividad del volcán o una posible erupción.
Cabe mencionar las estimaciones de Carlos Méndez, Licenciado en Geografía, egresado de la Universidad de Costa Rica (UCR); y, su padre, Freddy Méndez, ambos miembros de la Asociación Parque Nacional Juan Castro Blanco (Apanajuca), quienes han investigado por 20 años esta zona y quienes señalan que el total de área afectada por el derrumbe son 211 hectáreas de terreno; y pronosticaron 118 hectáreas más comprometidas y propensas a convertirse en una nueva emergencia.
Cierra el Obvsicori la información indicando: «Un volcán activo dormido o despierto puede generar erupciones o deslizamiento de manera imprevisible, es decir, sin señales precursoras apreciables en tiempo real».