El Dr. Adolfo Quesada, de la Escuela de Geografía de la Universidad de Costa Rica (UCR), se encargó, el pasado viernes 29 de setiembre, de dar a conocer la información y los resultados que se han obtenido de manera oficial, sobre el deslizamiento dentro del Parque Nacional del Agua Juan Castro Blanco, del pasado mes de julio.
El experto denominó este como un “evento complejo y muy interesante para la ciencia”; por su extensión y volumen.
Entre los principales supuestos que han determinado es que este se caracteriza como una avalancha en cascada de detritos (un tipo de desechos acumulados o formación pantanosa), de ahí la gran cantidad de troncos que las comunidades vieron descender en las avalanchas y que causaron el bloqueo de otras cuencas río abajo durante días.
Esta información está en la mira de las autoridades, pues el riesgo de que exista más cantidad de troncos apantanados, significaría un riesgo a futuro, en el enfoque de que el material siga desprendiéndose.
Como parte de los estudios se determinó que, por años, la zona ha presentado deslizamientos, aún así las causas de la suscitada reciente emergencia requieren de mayor investigación.
Desde la Escuela de Geología se contemplan estudios futuros importantes como la caracterización de los suelos y arcillas alrededor y dentro del deslizamiento.
También se espera analizar las variaciones de movimientos de la masa del deslizamiento meses o años antes del evento principal mediante imágenes satelitales de radar.
Se incluye dentro de los análisis estudiar los detritos leñosos, sus velocidades y caudales por medio de la recopilación de videos que circularon durante la emergencia.
Tras el deslizamiento, el experto mencionó a Noticias Santa Clara que se espera la recuperación del bosque en la zona en cuestión de años.
Desde la Escuela de Geología se considera importante verificar los cambios con las precipitaciones diarias y horarias de estaciones meteorológicas cercanas a la zona.
Además, es importante gestionar el riesgo de las poblaciones de las zonas bajas de los distritos de Aguas Zarcas y La Palmera, trabajar con enfoques comunitarios y de percepción del riesgo con la Comisión Nacional de Emergencia; y, desarrollar un sistema de alerta temprana en la cuenca del Río Aguas Zarcas.