La música y la naturaleza son para muchas personas alrededor del mundo, dos de las formas de expresión más genuinas que pueden existir.
“El último aullido” (The last howl) es el título que lleva una reciente canción lanzada al público este 15 de noviembre, con un fuerte mensaje a la conservación de los bosques de Costa Rica, especialmente, los que se ubican en la provincia de Guanacaste, donde habita el congo aullador, una especie en peligro de extinción en el territorio nacional, cuya población se ha reducido en los últimos 15 años hasta en un 50%.
Mediante un video con una duración de 5 minutos con 48 segundos, los músicos Dirk Verbeuren, Andreas Kisser y John Tardy rindieron homenaje, no solo a la música, sino a la flora y fauna de los ticos.
Ellos se unieron para reforzar el proyecto que surgió en el corazón de Sylvain Demercastel, representante de Savage Lands, una fundación con conciencia ambiental.
Demercastel contó a Noticias Santa Clara que la fundación sin fines de lucro, tiene tres objetivos en especial: reforestar áreas en peligro, crear santuarios naturales y fomentar la creación de reservas o servidumbres ecológicas en las que los bosques sean la prioridad.
Este artista, músico y creador de imagen, desde que estableció su hogar en la provincia de Guanacaste, ha trabajado con organizaciones locales de conservación como The Clean Wave y Costas Verdes.
Su mayor motivación para formar esta iniciativa propia, según contó, se dio durante la pandemia del COVID-19, debido a la influencia del desarrollo de proyectos de vivienda, turísticos y hasta industriales, que estaban amenazando los bosques locales y alejando a los animales.
“Realmente fue un dolor para mí… Para mí es tocar el tesoro nacional de este país y pensaba que había que hacer algo con más potencial”, expresó, justificando la idea de alzar la voz a través de “El último aullido”.
El artista comentó que, incluso, en los últimos tres años, a causa del desequilibrio de la biodiversidad y la pérdida de ecosistemas, ha escuchado a sus vecinos coincidir en la problemática de invasión de hormigas, por citar un ejemplo.
Demercastel añadió que tras tener la oportunidad de vivir en países como Francia, Estados Unidos y Hawaii, lo que lo hizo establecerse en Costa Rica, fue el cariño de la gente, el ambiente, la cultura de preservación a la naturaleza y la democracia.
Recordó que la primera vez que visitó el país del “pura vida” fue en 1997.
“Es uno de los más lindos países del mundo; y, es por eso, que creo importante que cada uno tiene que ser responsable de la preservación de este país”, expresó.
“Cuando el bosque se ponga silencioso, vamos a estar más que tristes, esperando el último aullido”, reflexionó sobre la importancia de cuidar los árboles.
“No debemos esperar a llegar a este punto del desastre, para realizar que es importante. Tenemos que hacerlo hoy, es más fácil protegerlo todavía que está vivo, que reintroducirlo una vez que esté muerto”, añadió.
En el caso del congo aullador, este se puede observar en el Parque Nacional Santa Rosa, el Parque Nacional Rincón de la Vieja y el Parque Nacional Guanacaste. Sus principales depredadores son los felinos y la mano del hombre.
La dieta de este primate se basa en frutos y hojas tiernas de los árboles como higuerones, guaba, madero negro e indio desnudo.
La canción que se convirtió en un himno a esta causa costarricense se firmó con la productora Season of Mist y cuenta con el apoyo de varias agrupaciones mundiales.
El proyecto Savage Lands lo dirigen Demercastel y Verbeuren.
La forma de apoyar esta iniciativa es difundiendo su labor y canción a través de las plataformas digitales. Todos los ingresos generados serán en beneficio de la misión de Savage Lands en la compra de árboles, mano de obra y voluntariado.
Otra forma de sumarse, en cada comunidad, de acuerdo con el músico entusiasta, es a través de la educación ambiental, entre los vecinos, para hacer consciencia sobre la importancia de no talar la naturaleza y respetar el hogar de los animales.