Las cooperativas eléctricas promueven la movilidad eléctrica en las zonas rurales del país.
Según detalló el Consorcio Nacional de Empresas de Electrificación de Costa Rica (Conelectricas R.L.), en un comunicado, “el aumento del precio del petróleo es un constante dolor de cabeza para los conductores debido al incremento del costo de la gasolina y diésel, realidad que ha despertado el interés de los ticos por adquirir un carro eléctrico”.
En el primer semestre de 2022, la Asociación Costarricense de Movilidad Eléctrica (Asomove) registró 883 vehículos eléctricos. En el mismo periodo de 2021, se reportaron 586, es decir, el crecimiento es de 51%.
De acuerdo con Conelectricas R.L., con ₡6.500, un vehículo eléctrico recorre hasta 400 kilómetros; mientras que, con uno de combustión solamente 40 kilómetros.
Donald Hidalgo, encargado de proyectos ambientales del Consorcio, comentó que en el país existen dos tipos de cargadores, el L2, de tipo estándar, que se puede instalar en la casa y que tiene una duración de carga entre 5 a 7 horas; y, el L3, de carga rápida, este tarda entre 30 y 40 minutos.
En Costa Rica existen cerca de 200 centros de carga para carros eléctricos entre semi rápidos y rápidos, instalados en las cooperativas eléctricas que conforman el Consorcio, empresas e instituciones públicas.
Por ejemplo, en San Carlos, Los Santos, Zarcero, Bajo Rodríguez y Guanacaste se han instalado en total 17 centros de carga.
Entre los principales beneficios que tiene el uso de vehículos eléctricos, además del ahorro en combustibles y la no emisión de gases, destaca la firma del Gobierno de la República de un reglamento para ejecutar una ley que brinda “claridad a los incentivos fiscales de la importación de vehículos eléctricos, repuestos, baterías y dispensadores de carga”.