- Correspondió, en la liturgia eucarística Solemne celebrada este jueves, a Monseñor José Manuel Garita Herrera, Obispo de Ciudad Quesada, realizar la homilía ante gran cantidad de fieles que se unieron alrededor de la Basílica de Cartago, o bien, por diferentes medios de comunicación, como lo fue Radio Santa Clara.
Tal como expresó Monseñor Garita, María “nos indica el camino de la unidad, la paz y la integración de todos los sectores de Costa Rica, como una sola familia que celebra la fe y se compromete a proclamarla”. Algo que ha quedado en evidencia con la muestra de fe de quienes han peregrinado a la casa de nuestra madre durante estos días.
Año tras año, el 2 de agosto nos convoca a unirnos como pueblo creyente junto a nuestra Madre y Patrona, con el objetivo de celebrar nuestra fe, iluminados por la Palabra de Dios, y para alimentarnos con el Cuerpo y la Sangre del Señor Resucitado.
La presencia en este Santuario Nacional es una presencia de creyentes, de personas de fe, celebrar esta fecha significa agradecer al Señor tantos beneficios recibidos de su amor de Padre, como nación y como Iglesia costarricense, por la mediación de Jesucristo y la intercesión materna de Nuestra Señora de los Ángeles.
Esta celebración fue motivo para pedir la solidaridad, la paz y la justicia en nuestra querida Centroamérica.
Desde la experiencia del Beato Mons. Óscar Arnulfo Romero, quien clamó por la justicia, y cuya vida fue testimonio de santidad y martirio, depositamos las súplicas de los hermanos nicaragüenses.
Asimismo, la presencia de Mons. José Domingo Ulloa, arzobispo de Panamá, nos une fraternalmente y nos anuncia que estamos cerca de la Jornada Mundial de la Juventud en el hermano país panameño.
“Con profundo sentido de fe, y como pastores de la Iglesia, estamos convencidos de que el proyecto que Dios tiene sobre la historia humana es un plan de bondad, unidad y comunión, en el cual no triunfa la fuerza del poder o del tener, sino la fuerza regeneradora del amor como bien supremo” agregó Monseñor Garita.
Nuestro Obispo encomendó el presente y el futuro de Costa Rica, porque: “Lo que se nos promete es siempre más. No desesperemos por nuestros límites, pero tampoco renunciemos a buscar la plenitud de amor y de comunión que se nos ha prometido” para que, en nuestra querida Patria, como canta nuestro Himno Nacional, “vivan siempre el trabajo y la paz”.