El Ministerio de Educación Pública (MEP), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Oficina de Población, Refugiados y Migración (PRM) del Departamento de Estado de Estados Unidos unieron esfuerzos para dotar de nuevos pupitres a tres centros educativos del cantón de Upala, específicamente de las comunidades de México, Bijagua y Aguas Claras.
Son más de 1.400 personas entre estudiantes y personal de las instituciones académicas los que se verán beneficiados con el mobiliario.
Para Javier Martos, representante interino de Unicef en Costa Rica, “esta entrega de pupitres es solo una de las acciones que realizamos en conjunto con el MEP, para aumentar la calidad y dignificar la educación y lograr que las niñas y los niños puedan disfrutar de su aprendizaje, sin dejar de lado que están en un contexto difícil, porque esta es una zona migratoria donde las comunidades reciben muchas personas, entre ellas niños que, gracias al Estado costarricense, también reciben educación”.
“Para Unicef, esto es fundamental, porque la educación es el motor más importante del desarrollo. Lo que vivimos hoy en Upala es un excelente ejemplo de lo que puede hacer la colaboración entre estado, organismos internacionales y donantes”, agregó.
“Aquí no hay diferencias entre niños nacidos en Costa Rica o Nicaragua o en otro país porque la educación es un derecho universal y hoy lo estamos garantizando con el apoyo de Unicef”, dijo la Viceministra Administrativa del MEP, Sofía Ramírez.
Resaltó que Unicef ha estado colaborando con el país con otras estrategias como entrega de libros, computadoras y útiles escolares e impulso de políticas educativas que contribuyen a garantizar el derecho a la educación.
Maribel Rodríguez, docente de la Escuela Rafael Ángel Sánchez Arrieta, en la comunidad de México, agradeció el aporte de los pupitres que llegan para solventar al 100% la necesidad de la institución.
Los adultos del Cindea que opera en este centro educativo se beneficiarán con la donación.
A nivel global, de acuerdo con Unicef, cada vez son más los niños y adolescentes que nunca han sido matriculados en la educación Preescolar, Primaria y Secundaria.
“Para muchos de ellos, ir a la escuela no es sinónimo de aprender. La falta de maestros cualificados y de materiales educativos adecuados, la provisionalidad de las clases y la precariedad de las instalaciones de saneamiento afectan la educación de la niñez. Muchos niños van a la escuela demasiado hambrientos, enfermos o agotados a causa del trabajo o las tareas domésticas como para sacar provecho de sus clases”, detalla una comunicación oficial.
Se estima que 617 millones de niños y adolescentes del mundo no alcanzan los niveles de competencia mínima en lectura y matemáticas.