La Iglesia de Ciudad Quesada está de fiesta: tiene un nuevo diácono para hacer “la experiencia del seguimiento alimentando su vida desde una relación cercana de intimidad con el Señor, a través de la celebración eucarística, la oración personal, la liturgia de las horas, la lectio divina, la confesión frecuente y la piedad mariana”.
Estas fueron parte de las palabras de Monseñor José Manuel Garita Herrera, Obispo de Ciudad Quesada, durante la celebración del pasado sábado 1 de julio, en la cual se dio la ordenación diaconal de Jeison Javier Linares Sáenz.
Alrededor de la primera lectura, de la profecía de Jeremías, Monseñor resaltó el carácter de misión de quien le responde al Señor. Recordó precisamente las palabras del Señor a Jeremías: “te consagraré como profeta para las naciones”. “La llamada y la misión pueden provocar temor en el corazón humano a causa de la conciencia de la propia pobreza y debilidad; pero, quien es llamado debe ser un creyente que confía en aquel que lo llamó: ‘no tengas miedo porque yo estoy contigo para protegerte’”, expresó el Obispo de Ciudad Quesada.
El obispo resaltó que es necesaria una actitud de conversión permanente frente a lo que descubramos que es la voluntad de Dios, tal como lo describe San Pablo, en la segunda lectura, al decir: “Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo, el Señor”.
“Ha de ser tarea de todos los días, en favor de nuestro ministerio, el descentrarnos de nosotros mismos para poder centrar el corazón solamente en el Señor y en su proyecto de salvación. Esta actitud se traduce en un servicio permanente a la comunidad cristiana a nosotros confiada como pastores”, destacó.
Asimismo, Monseñor Garita indicó que “el cristiano está llamado a ser grano de trigo que solamente da fruto cuando muere, porque, no amándose a sí mismo, sino amando al estilo de Jesús, ‘se asegura para la vida eterna’. Jeison, cuánto más valen estas palabras para nosotros ministros de Jesucristo al servicio del Pueblo de Dios”.
El Obispo de Ciudad Quesada recordó, en su homilía, las palabras del Papa Francisco: “El amor a la Iglesia te conduce a darla a conocer, a salir de ti mismo para ir fuera a predicar la Revelación de Jesús” (Nápoles, 21 de marzo de 2015).
Monseñor exhortó a poner la mirada en el Señor “para renovarnos en la esperanza y la confianza; para vencer el individualismo, el egoísmo y la división que traen consigo caos y confusión, y que son fruto de la ausencia de la verdad única y objetiva que es Jesucristo”.
“Sin el Señor se oscurece el rostro real de la Iglesia, sacramento de comunión y de auténtica unidad”, advirtió.
Asimismo, confió el ministerio diaconal de Jeison Javier “a la protección maternal de Nuestra Señora de Guadalupe y a la intercesión de San Carlos Borromeo, para que su diaconado sea muy fecundo y gozoso en bien suyo, pero especialmente en bien de la Iglesia a la que amamos, y en la cual queremos entregar hoy y siempre nuestra vida al Señor que nos ha llamado por pura misericordia suya”.
Hacia el final de la celebración, Monseñor Garita encomendó al nuevo diácono a servir en la Parroquia de El Buen Pastor de Río Frío, donde también ha estado sirviendo los últimos seis mes como acólito.
Recordemos que, como parte del tercer grado del sacramento del orden sacerdotal, el diácono, por la imposición de manos, se convierte en inmediato colaborador del Obispo y de la Iglesia en el anuncio de la Palabra; en el servicio del altar y en el ministerio de la caridad hacia los más pobres y necesitados. El diácono se convierte en clérigo y se incardina, en el caso de Jeison Javier, a la Diócesis de Ciudad Quesada.