- Esto es totalmente falso. Nuestra iglesia no odia o condena a la gente homosexual, de lo contrario. Lo que no aprueba son los actos homosexuales.
El catecismo católico menciona:
2357 «…la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados”. [Los actos] son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una complementariedad afectiva y sexual verdadera. No pueden recibir aprobación en ningún caso».
En el número siguiente de Catecismo 2358 afirma «…[Los homosexuales] deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor, las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición».
Termina en el número siguiente 2359, dando un camino de esperanza para ellos: «Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante las virtudes de dominio, educadoras de la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana».
Como parte de la resistencia que han creado diversos grupos en contra de nuestra religión, se ha malinterpretado las palabras del Papa Francisco sobre este tema, tomando solo la primera parte de lo que nuestro Santo Pontífice dijo. Textualmente y sacada de la página del Vaticano afirma el Papa: «Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla? El Catecismo de la Iglesia Católica explica esto de una manera muy hermosa; dice… Un momento, cómo se dice… y dice: “No se debe marginar a estas personas por eso, deben ser integradas en la sociedad”».
Vivir la virtud de la castidad la deben de vivir tanto los homosexuales como los heterosexuales. Lo que reprueba la Iglesia son los actos homosexuales.