La Cooperativa de Comercio y Servicios Múltiples de Productores de Piña de San Carlos (Coopepiña R.L), en Pital, se convierte en ejemplo al reportar la reducción de hasta 50% en el uso de agroquímicos sintéticos para el control de plagas y enfermedades.
La organización ha estado aplicando bioinsumos, que son productos fabricados a base de bacterias y hongos benéficos. Desde 2018 permiten “promover un cultivo más sostenible con el ambiente”.
Con la meta de llegar entre 2024-2025, al 90% en la reducción de los insumos sintéticos, la Cooperativa ya eliminó las quemas con herbicidas post-cosecha.
“El mercado ya exige menos utilización de agroquímicos”, expresó Alfredo Zamora, ingeniero agrónomo de la Cooperativa.
“La fruta va hacia mercados exigentes como el europeo y cada vez son más conscientes de la inocuidad de los productos, por lo que se busca que sean más sanos para el consumidor. Debemos adaptarnos al mercado, por esa razón es que hemos implementado técnicas más sostenibles con el ambiente”, agregó.
En la actualidad, a través de Nicoverde, empresa subsidiaria de Nicofrutta, Cooopepiña R.L. tiene una alianza comercial para exportar la fruta a mercados en Europa.
La producción de los bioinsumos que se utilizan en el cultivo se realiza en un laboratorio ubicado en Cuatro Esquinas, en Pital.
Se trata de once bacterias y hongos benéficos, que crecen y se multiplican a través del arroz. Entre los que se utilizan están: Trichoderma Harzianum, Beauveria Bassiana, Paecilomyces Lilacinus y Sacharomyces Cerevisae.
Estas producen sustancias reguladoras de crecimiento y enzimas para aumentar el desarrollo de raíces, eliminar insectos y plagas, proteger y estimular la absorción de los nutrientes y actuar en la descomposición de la materia orgánica.
Adrián Rodríguez, gerente de la cooperativa, resalta la importancia de la aplicación de este método, que va desde devolverle vida a los suelos hasta lo comercial.
Joseph Salas es un agricultor sancarleño, quien celebra el alcance logrado y quien en los próximos meses podría recibir la certificación internacional que lo acredita como productor orgánico dándole la oportunidad de exportar de la mano con la cooperativa.
Él ve los beneficios de la iniciativa a través del manejo sostenible.
Seném Murillo, otro agricultor local, considera la importancia de evitar químicos en los productos que consumen las personas.
Murillo también ha visto considerablemente reducidos los gastos, entre lo que era la compra de plaguicidas, con los ahora bioinsumos orgánicos.
En 2021, la cooperativa sancarleña registró la exportación de 300 contenedores a Italia, Suiza y Alemania.
Actualmente, entre sus 33 asociados de Pital, Aguas Zarcas y Río Cuarto, posee 280 hectáreas de piña. También cuenta con certificación FairTrade Internacional.
Además, suma esfuerzos en materia de reforestación en las fincas de sus asociados.
Coopepiña R.L impulsa la producción 100% orgánica. Además, recibe asesoría técnica por parte del Instituto Nacional de Fomento Cooperativo.