Desde antes de la llegada del COVID-19, la Diócesis de Ciudad Quesada venía realizando apoyos solidarios a familias vulnerables, sin embargo, al ingresar Costa Rica al estado de Emergencia Nacional, la necesidad se disparó en las familias y con ello las ayudas que se brinda desde la Pastoral Social.
Las parroquias de Río Frío, Puerto Viejo, Santa Rita, Pital, Aguas Zarcas, Venecia, Catedral, San Martín, San Roque, Florencia, San Isidro, La Tigra, La Fortuna, Monterrey, Guatuso, Pocosol Boca Arenal, El Pavón y Los Chiles han puesto manos a la obra para duplicar esfuerzos.
Antes del COVID-19, la Diócesis repartía cerca de 400 diarios mensuales. Han habido momentos, en plena pandemia donde estas ayudas superaron los mil diarios por mes.
Cuando comenzó a repercutir la pandemia en los hogares, se entregaron en abril 1.198 diarios; en mayo, 680; en junio, 677; en julio, 544; en agosto, 454; en setiembre, 442; y en octubre 548.

Cada una de estas ayudas fue posible gracias a la solidaridad de los fieles a través de las parroquias, quienes aportaban colaboraciones en efectivo, participaban de actividades benéficas y llevaban alimentos no perecederos, incluso cuando los templos debieron permanecer con sus puertas cerradas debido al COVID-19.
Se suma el apoyo brindado por el Banco de Alimentos de Catedral, un toldo permanente, donde se reciben alimentos para ser distribuidos entre el más necesitado de la Diócesis.
El comercio local y nacional se ha sumado al esfuerzo de llevar alimentos a la mesa de muchos ciudadanos.
La Fundación Price Filantropies de la cadena de supermercados PriceSmart, ha hecho dos donaciones de alimentos a nivel de Cáritas Nacional y la Diócesis de Ciudad Quesada se ha visto beneficiada en cerca de 250 diarios, para ayudar a los más vulnerables.
El pasado 6 de noviembre, el Obispo de Ciudad Quesada hizo un llamado a la solidaridad, con motivo a la IV Jornada Mundial de los Pobres.
Invitó a todos a que este sábado 14 y domingo 15 de noviembre colaboren en la recolección de alimentos no perecederos en las parroquias durante las misas, para fortalecer la acción de pastoral social y ayudar a más familias necesitadas.
El mensaje es fuerte y claro, tenderle la mano al más necesitado, acogerlo y seguir el ejemplo del bien común.
Monseñor Garita recordó las palabras de reflexión del Papa Francisco: “mantener la mirada hacia el pobre es difícil, pero muy necesario para dar a nuestra vida personal y social la dirección correcta. No se trata de emplear muchas palabras, sino de comprometer concretamente la vida, movidos por la caridad divina”.
Hace pocos días, el Obispo de Ciudad Quesada externó su preocupación y reflexionó alrededor del incremento de la pobreza en el país.
Es hora de seguir tendiendo la mano al más necesitado.