La Solemnidad de los Apóstoles Pedro y Pablo fue un marco especial para la ordenación sacerdotal que se vivió en la Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria en Venecia, el pasado 29 de junio.
“Este día tiene una significación e importancia de indiscutible valor y trascendencia. Celebramos las columnas y los fundamentos sobre los cuales Cristo el Señor quiso fundar su Iglesia que, entre sus notas, confesamos como apostólica. Pedro, la roca sobre la cual el Señor quiso edificar la comunidad eclesial. Pablo, el misionero y evangelizador incansable, maestro de la fe, doctor de las gentes”, destacó Monseñor José Manuel Garita Herrera en su homilía.
En este contexto litúrgico, de gran solemnidad y significación, la Iglesia celebró con alegría y agradecimiento la ordenación presbiteral de Fray Joel Zambrana Alfaro, de la Orden de San Agustín, quien ha estado vinculado pastoralmente a esta comunidad de Venecia desde varios años atrás.
“Fray Joel, en la persona, legado y testimonio de los apóstoles Pedro y Pablo tienes toda una inspiración e impulso para vivir tu ministerio”, le dijo el Obispo de Ciudad Quesada en su homilía.
Monseñor invitó al nuevo sacerdote a amar, cuidar y servir fielmente a la única Iglesia de Jesucristo: “Que tu ministerio sea reflejo firme y fiel de la fe, enseñándola y confesándola como Pedro ante el Señor que lo llamó y convirtió en fundamento de la Iglesia”.
Asimismo, mirando al apóstol Pablo, le expresó: “tienes también toda una inspiración de pasión evangelizadora y misionera; de lucha y combate valiente, de correr siempre incansablemente hacia la meta”.
Otra recomendación a Fray Joel, en el día de la ordenación, es que ponga por delante la oración pues es “aire siempre nuevo y fresco para el sacerdote”. De hecho, este día, Monseñor lo calificó como “único e inolvidable”, en la vida del nuevo presbítero.
Finalmente, en una exhortación a toda la comunidad, Monseñor José Manuel señaló: “Que la fuerza y alimento de esta Eucaristía nos ayude a seguir sus pasos para ser fieles, valientes y firmes en la fe hasta el final, especialmente tú, Fray Joel, para que al celebrar el sacrificio eucarístico todos los días de tu ministerio, ‘consideres lo que realizas, imites lo que conmemoras y conformes tu vida al misterio de la cruz del Señor’, en este misterio que, como decía San Agustín, es ‘signo de unidad y vínculo de caridad’”.