Este viernes 1 de setiembre, nuestro personaje es Fernando Soto Coto, de 46 años de edad, quien se convirtió en el orfebre y joyero de la Virgen de los Ángeles de la Basílica de Cartago, por herencia de su familia.
Soto cursó Primaria en el Conservatorio Castella; en Secundaria, estuvo en el Colegio Seráfico San Francisco; sin embargo, terminó sus estudios en el Colegio Nocturno de Cartago, para comenzar a trabajar en el taller de su padre durante el día.
Fernando no tuvo la oportunidad de asistir a la universidad, sin embargo, se especializó en España, en el arte de la orfebrería. También tiene conocimientos por parte de expertos de Italia y Colombia.
Soto contó a Noticias Santa Clara que la historia orfebre de su linaje data desde 1790, con la llegada del primer miembro de su familia al país, desde España: José María Del Valle y Alarcón, quien ofreció sus servicios en la Basílica de Cartago, convirtiéndose en el responsable de la creación de los primeros resplandores de “La Negrita”.
Resaltó que, con el nacimiento de hijos, nietos y bisnietos, su labor orfebre y joyera fue ampliándose con el tiempo y ya acumula más de 230 años de tradición.
Fernando es la sétima generación de orfebres. Anteriormente el guardián oficial de la Virgen era su padre, José Antonio Soto Del Valle (q.d.D.g.).
En su caso, sus primeros acercamientos con la orfebrería se dieron cuando cursaba el sexto año de escuela.
El trabajo que realiza Fernando como guardián de la Patrona de Costa Rica es bastante amplio.
Debe revisar las piezas que componen los resplandores y el pedestal, brindar mantenimientos, revisar las roscas de las piezas e identificar fracturas y emitir las recomendaciones de restauración al Rector de la Basílica y al Obispo de Cartago, quienes son los que toman la decisión final.
Además, Soto restaura los cálices, copones y demás vasos sagrados utilizados en las misas de la Basílica y la Catedral.
Para las fiestas en honor a la Virgen de los Ángeles, Soto también debe coordinar la seguridad de la pieza, los movimientos del traslado de la imagen, estar pendiente de quiénes la van a manipular en los recorridos, entre otras tareas que velan por la seguridad de la imagen.
Resaltó que los mantenimientos de piezas como la de Virgen de los Ángeles tienen una vida útil de aproximadamente diez años.
Asegura que su labor al servicio de Dios y su Madre es “una responsabilidad muy grande y un orgullo”.
“A veces lo siento pesado, pero viendo atrás, yo pienso en todos los trabajos que hizo la familia, porque en la mayoría de los templos de Costa Rica, hay una pieza fabricada o restaurada por los Del Valle”, expresó.
Cabe destacar que todos sus trabajos siguen realizándose de forma artesanal.
Soto debe estar disponible para la Basílica las 24 horas del día y los 365 días del año.
Comentó que para el propio 2 de agosto y la Novena, se inician los preparativos con un mes de antelación.
Fernando está presente cada año en la preparación de la vestición de la Virgen, para la misa patronal, el Rosario de la Luz y el tradicional recorrido hacia la Catedral de Cartago.
Fernando tiene una hija, Ana Laura Soto, quien ha obtenido algunos conocimientos junto a su él en el taller. Espera que el tiempo decida si continuará el legado de su abuelo.
En su caso, la decisión de seguir la tradición se dio desde muy joven. Es el único de cuatro hermanos que se inclinó por la orfebrería.
Incluso, en la actualidad, su esposa Ingrid Umaña lo apoya en el taller.
Don Fernando integra la Comisión del Santuario de la Basílica de Cartago.
A través de sus redes sociales: Soto Del Valle Orfebres comparte detalles de los trabajos que realizan en el taller y coloca a disposición su número: 8844-7957.
Recientemente don Fernando también restauró la imagen del Santuario de la Diócesis de Ciudad Quesada, de Los Ángeles de La Fortuna, que es réplica de la imagen presente en la Basílica.