En días recientes, el Tecnológico de Costa Rica (TEC) dio a conocer sobre la reelección del Dr. Iván Vargas Blanco, en el Consejo Internacional de Investigación en Fusión (IFRC, International Fusion Research Council), el cual pertenece al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y que es considerado el consejo más importante del mundo en fusión nuclear.
La primera vez que Vargas integró el IFRC fue en 2018.
Noticias Santa Clara conversó con el científico sancarleño para conocer su inspiradora historia a través de nuestra sección del personaje.
Vargas es oriundo de la comunidad de Concepción, distrito de La Palmera; y, contó que creció en el distrito de Aguas Zarcas.
Incluso, en la actualidad, gracias a la modalidad de teletrabajo aún tiene la oportunidad de ejercer algunos días desde la casa de sus padres Víctor Vargas Rodríguez y Susana Blanco Solís, en Los Chiles, de Aguas Zarcas; o, bien en el campus del TEC en Cartago.
Don Iván comentó que cursó su Primaria en la Escuela de Concepción; y, Secundaria, en el Colegio Técnico Profesional (CTP) de Aguas Zarcas. Además, se graduó de la carrera de física, en la Universidad de Costa Rica (UCR).
Antes de graduarse y como parte de su trayectoria, Vargas impartió lecciones de física y matemática, en el Liceo de Alajuelita; también, dio lecciones de matemática en academias de Bachillerato por Madurez.
Al graduarse de su carrera en la UCR, luego de trabajar en una institución académica privada ingresó en el año 2001 al TEC. Más adelante, se especializó en España, en donde obtuvo su Maestría y Doctorado en Física de Plasma y Fusión Nuclear.
Vargas dirige el Laboratorio de Plasmas para Energía de Fusión y Aplicaciones del TEC, el cual creó como una manera de retribuirle al país el conocimiento adquirido a nivel internacional.
“Recuerdo que uno o dos colegas, pues en su momento dijeron, ‘qué venía yo a hacer a Costa Rica…’, consideraban que la especialidad mía no iba a aportar nada a este país, pero yo regresé con muchas energías, con muchas ganas de hacer cosas”, manifestó.
Recordó que en 2016, a través del laboratorio del TEC, se hizo posible, lo que considera un hito científico para Costa Rica y la historia de la institución, el cual consistió en poner en funcionamiento un dispositivo para el confinamiento de plasmas de alta temperatura, único en Latinoamérica. Dijo que solo hay 12 en todo el mundo.
Recalcó que sus aportes a través del laboratorio están enfocados a la aplicación del plasma en la agricultura, medicina, industria, ambiente y como fuente de energía.
Vargas es un verdadero apasionado de la ciencia. Según contó, su interés por convertirse en científico, surgió cuando estaba en la escuela unidocente de su comunidad, donde encontró en su aula una biblioteca con tres libros sobre ciencia.
Su inspiración fue el ejemplar titulado: “Lo que queremos saber de la técnica”, en él descubrió las maravillas de la fusión nuclear y recuerda que solía dedicar horas realizando sus propias preguntas y respuestas.
Incluso, la información le permitió crear su propio laboratorio casero, en la lechería de su padre con productos de veterinaria.
“Tenía en la lechería una bodega que muy orgulloso yo le puse un rotulo que decía ‘laboratorio’ ahí es donde hacía mis experimentos… de química, de biología o de lo que se me ocurriera”, expresó.
Dedicarse a la ciencia, ser parte del consejo de física nuclear más importante del mundo y poder compartir su testimonio, es algo que lo llena de gratitud, lo considera “un sueño alcanzado”.
“Desde que yo estaba en la escuela yo recortaba fotografías de laboratorios de investigación, soñando algún día llegar a dirigir un laboratorio de investigación; y, bueno, sin duda poder decir hoy que lo logré, eso también para mí es de gran orgullo, con más razón no solo decir que lo dirijo, sino también que lo fundé y en el tema de plasmas y fusión”, puntualizó.
Sobre su participación en el consejo científico internacional, explicó que lo que buscan expertos de todo el mundo es reproducir la forma de producir en la tierra, la energía de las estrellas, a través de la fusión nuclear, de manera sostenible y poder atender la necesidad del ser humano de utilizar una nueva fuente de energía, que se proporcione en mayores cantidades y que no dependa de factores como el sol, el agua o el viento, que no pueden ser controlados.
Vargas ocupa el único puesto de Latinoamérica en el Consejo de Fusión Nuclear.
Iván considera que la perseverancia ha sido la clave para alcanzar sus sueños y metas.
“Ser fuente de inspiración para otros, es algo que no había planeado; y, que ahora lo veo como algo muy positivo, como una gran responsabilidad, para mí es algo que he asumido con esa responsabilidad y de vez en cuando voy a algún colegio, alguna escuela, alguna universidad, justamente para incentivar esas vocaciones científicas”, añadió.
Asegura tomar con mucho agradecimiento cada palabra con la que se le acercan las personas a expresarle su impacto como inspiración en la ciencia.
Su vocación y sus aportes han hecho acreedor a Vargas de distintivos como el Premio Nacional de Ciencia y de Tecnología Clodomiro Picado Twight, en 2016; ese mismo año fue reconocido por la Asamblea Legislativa, por su contribución a la ciencia y tecnología; y, es Embajador de Marca País, Esencial Costa Rica, de la Promotora de Comercio Exterior.
Don Iván está casado y tiene una hija de 13 años de edad, quien quiere ser actriz, pues es una verdadera apasionada del arte. Su familia es su principal proyecto de vida y motivación en la actualidad.