En el personaje de la semana destacamos a Javier Antonio Solís Rojas, de 32 años de edad y vecino de Ciudad Quesada.
Javier sirve a la Iglesia de Ciudad Quesada desde hace 10 años, como parte del coro, trabaja en la carnicería de la familia y es a amante de las artes marciales.
Noticias Santa Clara conversó con Javier para conocer su historia de cómo empezó a cantar, a tocar guitarra y posteriormente a cantar en las misas.
Contó que desde pequeño se acostumbró a escuchar música y radio; aseguró que desde niño siempre se vio influenciado por esto, porque la mamá siempre lo llamaba en las mañanas para ir a la escuela y al fondo sonaba la emisora.
Expresó que siempre escuchaba a los cantantes que sonaban en la radio con sus instrumentos, los empezaba a imitar y les ponía atención de cómo sonaba la voz de cada uno de ellos.
Poco a poco fue creciendo una “espinita” de querer aprender a tocar guitarra. Dicho sea de paso, lo hizo en los años 2010 y 2011, con el músico Jeison Salazar.
Cada domingo en la Misa de 8:00 a.m., en la Parroquia San Carlos Borromeo, Catedral, Javier es el encargado del canto en la Eucaristía.
Detalló que hace diez años, cuando el Padre Juan Miguel Castro Rojas era el párroco, había citado a una reunión de animadores de canto litúrgico para coordinar el horario de las misas y el único que había llegado era Jeison Salazar.
Ante la preocupación del sacerdote de que no habían llegado más personas, le encomendó a Jeison formar un grupo para que participaran de la animación del canto.
Explicó que, en una Eucaristía, el Padre Juan Miguel anunció que necesitaba personas para servir en el canto y fue ahí donde su hermana Roxana y su madre, escucharon y pensaron en que Javier podía ser parte.
Según comentó, empezó a formarse, pero solo con la guitarra, pese a que él también quería cantar.
Expresó que en uno de los ensayos se animó a cantar y fue cuando el profesor Jeison Salazar lo escuchó cantando y lo involucró en canto y guitarra: desde ese entonces suma diez años sirviendo con su voz y con la guitarra.
Javier también ha ido a cantar a la Parroquia San Roque y en otras comunidades de la Diócesis de Ciudad Quesada.
Solís Rojas comentó que presenciar una misa, un bautizo o una boda, es algo muy especial. Igualmente, dice que le marca mucho cuando corresponde dar el servicio en un funeral.
Por otra parte, contó que significa mucho para él ser parte del ministerio de canto litúrgico, ya que ha sido un llamado que Dios le ha hecho y que le ha respondido de buena manera.
Expresó que le gusta compartir con las personas, servir cada domingo y ver la alegría de las personas en cada celebración en la Catedral.
Finalizó diciendo que si hubiese ido a cantar por voluntad propia no hubiera aguantado, pero que el Señor lo ha acompañado durante todos estos años.
artes marciales