- Con Eucaristía a las 8 A.M. así dio inicio la Jornada 24 Horas para el Señor en la Diócesis de Ciudad Quesada, el pasado viernes 9 de marzo, tal como el Papa Francisco pidió que se viviera esta celebración entre viernes y sábado anterior, en todas la Iglesias de acuerdo con su petición mundial.
Monseñor José Manuel Garita Herrera, presidió la celebración eucarística el pasado fin de semana, y en ella enfatizó en la necesidad de pedir “el don de la misericordia, del perdón y ante todo del amor de Dios”.
Recordemos que el Papa Francisco invitó de modo especial “a los miembros de la Iglesia a emprender con celo el camino de la Cuaresma, sostenidos por la limosna, el ayuno y la oración” y además expresaba que la caridad “en el corazón de Dios no se apaga” y que siempre “nos da una nueva oportunidad para que podamos empezar a amar de nuevo”. Por ello, destacó que una ocasión propicia es la jornada “24 Horas para el Señor”, que este año nos invita de nuevo “a celebrar el Sacramento de la Reconciliación en un contexto de adoración eucarística”.
Entre algunas peticiones que Monseñor Garita externó en su homilía, destacaron peticiones por el país y por la Diócesis que pastorea. “Que el Señor nos libre de violencia, de odio e intolerancia, de actitudes contrarias al amor y la misericordia”.
Todo esto lo realizó el Obispo de Ciudad Quesada en un contexto de oración atendiendo el llamado de su Santidad.
La Iglesia Catedral en Ciudad Quesada fue el lugar para vivir esta experiencia de 24 Horas para el Señor. Durante estas 24 horas, el Santísimo Sacramento estuvo expuesto para la adoración durante todo este lapso y, además se realizaron confesiones hasta las 12 media noche del viernes anterior.
Y es que Monseñor nos dice que, con gran gozo y gratitud, hemos experimentado y concluido, en la diócesis de Ciudad Quesada, las “24 horas para el Señor”, a las cuales nos convocó el Papa Francisco, para la oración y la adoración eucarística, y también para hacer experiencia de la misericordia de Dios a través del sacramento del perdón.
Durante este pasado viernes 9 y sábado 10 de marzo, cientos de fieles y numerosos sacerdotes han acudido a este encuentro con el Señor, en el cual hemos pedido misericordia y del cual salimos fortalecidos y animados para compartir y practicar misericordia. Pues, de la Iglesia, y de nosotros los cristianos católicos, siempre habrán de venir los valores de la paz, el amor, el respeto, la comprensión y la tolerancia; nunca la violencia, el odio, la destrucción, el irrespeto y la agresión. Lamentablemente, estos antivalores vienen de otras procedencias.