Este viernes 17 de febrero, nuestro personaje de la semana destaca a Mario Cambronero, de 60 años de edad, vecino de Chorreras, una comunidad de Cutris, cantón de San Carlos, ubicada a aproximadamente 65 kilómetros de Boca Arenal.
En la actualidad, don Mario vive en unión libre con Marlene Rivera, quien tiene un hijo de 29 años de edad, Joel Rivera. También tiene la dicha de contar con un nieto de 5 añitos, llamado Ián.
Cambronero nació en Miramar, una localidad en la provincia de Puntarenas, pero se crió, prácticamente, entre comunidades de San Ramón y San Carlos.
Don Mario se considera un verdadero sancarleño de corazón.
Cursó Primaria en varias instituciones, pero se graduó de sexto en la Escuela La Estrella, ubicada entre Pocosol y Monterrey. Asegura que el pueblo ya no existe.
Fue hasta 1988 que llegó a Chorreras. “Era muy complicado llegar a esta zona”, expresó.
Recuerda que a partir de 2005 comenzaron a llegar más familias al pueblo.
Cambronero fue uno de los impulsores del censo que permitió la construcción de la escuela unidocente en Chorreras, la cual se fundó en 2007. De hecho, actualmente es parte de su Junta de Educación.
Como líder, el reto más importante que considera que ha enfrentado es la falta de comunicación, pues la tecnología, es algo que ha venido a facilitar.
Narró que años atrás, había que trasladarse a caballo a sitios específicos para encontrar señal de teléfono y poder contactarse con las autoridades. Fue una experiencia que vivieron durante el periodo de formación del centro educativo.
“Hubo que luchar para poder construir la escuela que tenemos” dijo.
Recordó incluso al comunicador Carlos Hernández (q.d.D.g.), quien hizo en ese momento un reportaje cuando trabajaba con Grupo Nación, sobre la situación que enfrentaban los niños para poder estudiar, pues debían atravesar cruces de agua peligrosos a causa de la problemática que se vivía en la denominada Trocha Fronteriza.
Contó que, tras la noticia, un vecino del Gran Área Metropolitana interpuso un Recurso de Amparo, y gracias a ello se construyeron dos puentes que facilitaron el acceso de los pequeños. Agregó que los puentes aún están en funcionamiento.
En cuanto al paso de la pandemia del COVID-19, fue otro reto que tuvieron que enfrentar a raíz de la desinformación, desempleo y el cierre de fronteras.
Muchas familias afrontaron la enfermedad en Chorreras y tuvieron que cumplir con el aislamiento.
Recuerda que un vecino de Coopevega realizó una colecta solidaria de alimentos en beneficio de las familias con orden sanitaria.
“Fue muy duro ese año”, manifestó Cambronero.
El mensaje a las nuevas generaciones por parte de don Mario es a que se interesen en trabajar, de corazón, por el pueblo, pues la retribución es la satisfacción que deja ver concluido un proyecto.
“La única forma de que salgan adelante las comunidades es que haya quien se ‘eche al agua’, como decimos aquí en el campo”, concluyó.