Este año, en las plazas, parques, calles y callejones del país, no se escucharán las infaltables cimarronas que anuncian la llegada de las mascaradas, el 31 de octubre, Día de la Mascarada Tradicional Costarricense.
Sin embargo, el COVID-19 no hará que la arraigada tradición se detenga.
Personajes como la Segua, la Llorona, la Giganta, entre otros, se ajustan a la virtualidad para celebrar su día.
La tradición de mascaradas se remonta al Cartago colonial, cuando pobladores de las comunidades se reunían en las festividades taurinas donde se mostraban personajes tradicionales.
Al expandirse la tradición de las mascaradas destacan ciertos cantones que se han caracterizado por mantener viva esta tradición, como Escazú, Aserrí, Barva, Desamparados y Alajuelita.
En diciembre de 1996, el Gobierno de la República aprobó el Decreto Ejecutivo 25.724, que declaró al 31 de octubre como Día Nacional de la Mascarada Tradicional Costarricense.
El objetivo fue promover el conocimiento de las diferentes manifestaciones culturales existentes en el país, como un aporte dirigido a recuperar y consolidar la identidad cultural del ser costarricense.
El decreto destaca que la artesanía mascarera costarricense, presente en las diferentes actividades culturales, constituye un elemento importante para la educación y recreación de nuestro pueblo.
Algunas actividades para conmemorar el día serán el sábado 31 de octubre, a las 12:00 mediodía, para aprender sobre “Orígenes de la Mascarada Tradicional Costarricense”, a cargo del mascarero de Aserrí, Alonso Murillo Valverde.
A las 4:00 p.m., será la charla “Elaboración de mascaradas”.
Ese mismo día la Banda de Conciertos de San José ofrecerá un espectáculo por medio de las redes sociales del Ministerio de Cultura.