El Obispo de la Diócesis de San Isidro de El General, Monseñor Gabriel Enrique Montero Umaña, compartió con el pueblo costarricense su escrito “Hijos nacidos de la fertilización in vitro: ¿Felicidad plena o a medias?”, un tema que surge en medio de la crisis del COVID-19.
Muchas voces incluidas las de grandes personalidades de la política y de la academia, celebran el «triunfo de la ciencia y de la técnica», tanto para los padres de esos niños, como para el país y el mundo, resumió el Obispo.
Monseñor Montero nos llama a alegrarnos como humanos y cristianos, a alegrarnos con los padres de familia de esos niños por el hecho de haber traído al mundo una nueva criatura, especialmente después de que, por dificultades particulares, han tenido que esperar años antes de ver realizado ese sueño, señala.
Aseguró que un nuevo ser humano sobre la tierra es siempre una bendición.
No obstante, Monseñor Montero hace énfasis en que, ante la elección de una técnica de concepción, es necesario preguntarnos como futuros padres, si este va de acuerdo a los principios morales del cristianismo, en lo que dice la Iglesia a la que se pertenece, y sobre lo que dice la conciencia al momento de tomar una decisión.
Llama a la sociedad a pensar en que, “el hijo no es un derecho, sino un don. El don más excelente del matrimonio es una persona humana y que el hijo no puede ser considerado como un objeto de propiedad, a lo que conduciría el reconocimiento de un pretendido ‘derecho al hijo’”.
Monseñor Montero mencionó que la principal razón por la que los católicos y cristianos consideran que la fertilización in vitro, es moralmente inaceptable, es que la realización total del proceso lleva a la necesidad de hacer varios intentos o pruebas antes de que uno o varios embriones se logren implantar en el seno materno. Es decir, produce múltiples fecundaciones, embriones que deben ser descartados.
“En otras palabras, con esta técnica se está logrando el nacimiento de una vida humana a costa del sacrificio de muchas otras”, expresó.
“Es bueno recordar que la lglesia está de acuerdo con que se busquen técnicas diversas para superar la dificultad de la infertilidad y para que, eventualmente, se logre la meta deseada de la fecundación y el nacimiento”, dijo.
Hasta la fecha, existen formas de enfrentar esta situación, entre ellas, a través de instituciones que ofrecen información que disponen de otras técnicas que sí van acorde de los principios de la Iglesia, por ejemplo, la Naprotecnología.
A través de la Naprotecnología se ha dado el don de la vida a más de 40 niños en el país, que son custodiados por padres de familia, ellos son testimonio de la eficacia de estos métodos.
Monseñor nos invita a recordar que lo más importante para un cristiano es descubrir cuál sea para él la voluntad de Dios.
Para las parejas que enfrentan situaciones difíciles de concepción hay otros métodos, como considerar la posibilidad de la adopción, el cual también es un camino válido de entrega y servicio.