«El llamado que hacemos es para que todos contribuyamos a mitigar este duro trance en que pasamos ya más de dos mil casos diarios de contagios. El llamado es a la población en general pero, de manera especial, queremos llamar a los jóvenes y adultos jóvenes, quienes lamentablemente han tenido en ese segmento de población un aumento considerable de casos».
Este es parte del mensaje, enviado la noche de este miércoles 28 de abril, por parte de los Obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, ante la crisis pandémica que «ha llegado en Costa Rica a su punto más alto», según lo señalaron. «Es crítico el aumento exponencial de casos por COVID-19 provocando saturación y casi colapso en nuestro sistema de Salud a nivel general», opinaron con preocupación los pastores de la Iglesia costarricense.
«Hacemos un fuerte y urgente llamado a ser conscientes y responsables en medio de esta crisis que nos golpea a todos de una u otra forma. Solo acatando las medidas sanitarias básicas de lavado de manos, uso de mascarillas y distanciamiento físico, podremos enfrentar este mal», manifestaron.
A las autoridades de Gobierno, los obispos les piden «no escatimar esfuerzos para que se pueda agilizar el esquema de vacunación y pueda llegar a la mayor cantidad de personas posibles, especialmente las más vulnerables, por condición de edad o de riesgo de salud». Incluso apoyaron la idea de que sigan pidiendo ayuda en la comunidad internacional para abastecer al país de vacunas.
«Nuestro clamor es para que se atienda a todos los enfermos respetando su dignidad de personas, sin hacer acepción de ningún tipo», dijeron en el mensaje. También, en el escrito firmado por Monseñor José Manuel Garita Herrera y Monseñor Daniel Francisco Blanco Méndez, como presidente y Secretario General de la Conferencia, se resalta el papel fundamental que juega la seguridad social, pero pidieron al sistema hospitalario privado para que puedan «tender una mano».
Los obispos destacaron que «es momento para que las personas que no tienen que salir de sus casas para algo extremadamente urgente y necesario, no lo hagan. En la medida de lo posible, solicitamos que, tanto en instancias públicas como privadas, se pueda potenciar el teletrabajo».
Apelando a la solidaridad y al bien común, los obispos reiteraron que «solo juntos podremos salir adelante, aplanar la curva de contagios y cuidarnos para evitar que se sigan dando contagios en nuestra familia, comunidad o lugares que frecuentamos».
Al finalizar el escrito pusieron por delante también la fe y esperanza en Dios. «Rogamos al Señor que nos proteja e ilumine para encontrar alternativas que nos ayuden a superar este momento. La Virgen de los Ángeles vele e interceda por Costa Rica»