Este martes 24 de noviembre, los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica lanzaron un mensaje para recordar que la “Libertad Religiosa es un derecho para todas las personas”.
«Hay un derecho humano fundamental que no debe ser olvidado en el camino de la fraternidad y de la paz; el de la libertad religiosa para los creyentes de todas las religiones», señalaron, recordando las palabras del Papa Francisco, Fratelli Tutti, 279.
Los obispos, como pastores, se sienten llamados a “dar una palabra respecto de la libertad religiosa y de culto a la que todos tenemos derecho como seres humanos”.
Señalaron que, en la Asamblea Legislativa, se discute el proyecto de Ley 21.012, “Ley para libertad religiosa y culto”, a la cual llaman a mantener el “respeto, la tolerancia y la comprensión, pues se trata de un derecho humano”.
El artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, dice que «Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia».
El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, numeral 422, sostiene: «El derecho a la libertad religiosa debe ser reconocido en el ordenamiento jurídico y sancionado como derecho civil. Sin embargo, no es de por sí un derecho ilimitado. Los justos límites al ejercicio de la libertad religiosa deben ser determinados para cada situación social mediante la prudencia política, según las exigencias del bien común, y ratificados por la autoridad civil mediante normas jurídicas conformes al orden moral objetivo».
Los obispos apoyan las iniciativas de ley que buscan fortalecer el derecho de dar culto a Dios, más allá de hacerlo en los templos o en lo privado.
Destacan que el país siempre ha sido creyente, y que históricamente tiene “raíces espirituales profundas”.
Enfatizan en que, una ley que venga a fortalecer la Libertad Religiosa, “además de una necesidad, sería una gracia”.
Exhortan a fomentar el diálogo, a andar en caminos de paz y contribuir desde las distintas creencias al fortalecimiento del bien común y de la democracia bicentenaria de Costa Rica.
A 55 años de haberse promulgado la Declaración Nostra Aetate, los obispos destacan parte de la esencia del documento: «No podemos invocar a Dios, Padre de todos, si nos negamos a conducirnos fraternalmente con algunos hombres, creados a imagen de Dios. La relación del hombre para con Dios Padre y con los demás hombres sus hermanos están de tal forma unidas que, como dice la Escritura: «el que no ama, no ha conocido a Dios» (1 Jn 4,8)»
Monseñor José Manuel Garita Herrera, obispo de Ciudad Quesada y presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica; y Monseñor Daniel Francisco Blanco Méndez, obispo Auxiliar de San José y Secretario General; firmaron el mensaje y recordaron la importancia de “que toda persona pueda ejercer libremente el derecho a profesar y manifestar, de manera individual o en comunidad, la propia religión o fe, sea en público o en privado”
Además, esperan que el aporte de la Libertad Religiosa sea construir a la fraternidad, la paz y el amor como auténticos valores.