Como Personaje de esta semana, Noticias Santa Clara presenta a Lilliana Carvajal González, quien es directora de Preescolar y Primaria del Colegio Diocesano Padre Eladio Sancho, desde agosto de 2019.
Aunque nació en San José, cuando a su mamá la tuvieron que sacar en carreta para dar a luz, se declara sancarleña 100%.
Su labor como docente inició en 1973 en la Escuela Santa Eduviges, por una reserva indígena, de Cabagra, en la Zona Sur, de donde cuenta que tuvo una “experiencia muy linda” pues “llegábamos por el puente El Brujo y cruzábamos el río Térraba”, y de ahí caminaba una hora para llegar a su destino. Tampoco había agua, por lo que tenía que rejuntarla para bañarse y poder cocinar, relata Doña Lilliana.
Esta educadora ha sido directora de la escuela de San Francisco de La Palmera, trabajó en la Escuela Federico Salas en San Ramón, además, se desempeñó como directora de la Escuela Juan Chaves, pasó por Desarrollo Educativo del Ministerio de Educación Pública. También fungió más de 25 años como directora regional de educación de San Carlos. Luego estuvo 15 años como directora del Colegio de San Francisco de Asís, hasta llegar al cargo que ocupa actualmente.
“Es una profesión para la cual yo nací, vivo y viviré”, cuenta doña Lilliana con fortaleza y alegría.
También dice que, de niña, tenía una sana envidia a las maestras, y tuvo una que la marcó: “Xinia Lizano, porque todavía cierro los ojos, y veo todo el amor con que ella me enseñó y me motivó a salir adelante”.
Doña Liliana se ha tenido que adaptar a la pandemia, con toda la tecnología que conlleva, pero también, porque “cuando los estudiantes vuelven a aulas encontramos muchos problemas con ellos de ansiedad, falta de tolerancia y de solidaridad por las diferentes situaciones, que afectan el quehacer educativo en las aulas”.
Para ella “trabajar en el Colegio Diocesano es una bendición, porque todos los valores y las tradiciones se viven muy de cerca”.
Según cuenta la directora, el Colegio está desarrollando varios proyectos en infraestructura, capacitaciones para el personal, adecuaciones curriculares, y recientemente se está creando un Consejo de Padres de Familia para tener la institución a un “alto nivel”.
Mantiene una buena relación con los estudiantes, y cuenta la historia de una muchacha de Venecia que ella ayudó amablemente y que años después volvió a darle un “cariñito”, para reconocerle su apoyo.
Asimismo, Doña Lilliana tiene un sobrenombre de cariño, “Tita Lilly”, que se lo recuerdan en la calle sus exalumnos cuando se los topa como doctores, odontólogos, profesionales, docentes. Para ella “esta es una belleza de lo que el Señor nos ha regalado día con día”, indicó.
Sobre su sobrenombre ella detalla que proviene de cuando una generación de sus estudiantes le dedicó la graduación porque les decían que ella era como su “abuelita” y manifiesta que, “cuando yo estoy en una institución, yo cuido a mis estudiantes como si fueran mis nietos”.
Como consejo para los futuros docentes ella aconseja “tener mucha paciencia, mucho amor a Dios, a los estudiantes y a uno mismo”.
Además, “nada hacemos con meterle conocimiento a los estudiantes, si los muchachos no tienen valores y no hay una actitud positiva ante la vida”.