El Sistema Eléctrico Nacional (SEN) sumará al concluir 2020 el sexto año consecutivo con más del 98% de generación renovable, según datos del Centro de Control de Energía (Cence).
El dato se presenta en un período marcado por la pandemia, en el que el consumo eléctrico del país cayó cerca de 3%.
Al 15 de diciembre, la producción del SEN con las cinco fuentes limpias llega a 99,78%.
La energía proveniente de combustibles ha sido la más baja desde 1986; este año solamente fue de 23,73 gigavatios hora.
A esta cuota térmica se agregan 118 gigavatios hora importados para completar la demanda nacional, que ha sido atendida en 98,6% con recursos nacionales.
En 2020, el agua empleada en plantas a filo y con embalse continúa como la principal fuente dentro de la matriz eléctrica costarricense, con una participación de 71,95%.
La segunda es la geotermia, con 14,90%, seguida del viento con 12,39%.
Por su parte, la biomasa y el sol aportan 0,54%.
De cara al inicio de la época seca, los cinco embalses de regulación del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) muestran niveles óptimos. Arenal, el principal y que alimenta en cascada a las plantas Arenal, Dengo y Sandillal, tuvo un año para recuperar su nivel histórico y ya sobrepasa los 541 metros sobre el nivel del mar.
Cabe destacar que Costa Rica inició la diversificación de su parque de generación en 1994, con la incorporación de la Planta Geotérmica Miravalles I. Continuó la fuente eólica en 1996, y en 2012, el ICE inauguró la primera planta solar fotovoltaica de Centroamérica, ubicada en el cantón de Bagaces, Guanacaste.