“Cuando el hambre araña y el frío aprieta, poco importa bajo qué bandera se encuentre acogida y de qué tierra venga el alimento que llene su estómago”.
Estas fueron parte de las palabras que el mandatario costarricense, Rodrigo Chaves Robles, dio en su discurso en la IX Cumbre de las Américas, en Los Ángeles, Estados Unidos, este viernes 10 de junio.
Recordemos que ya Chaves se había reunido con Filippo Grandi, de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, en el marco de esta Cumbre, y había advertido que hay una situación económica que afecta a la nación, y por lo tanto se requieren soluciones, para seguir atendiendo a los refugiados en un país que tiene “bueno corazón”.
En un discurso que duró casi 13 minutos, el mandatario nacional tomó buena parte del tiempo para hacer conciencia de lo que considera es “un flagelo que nos une”, como lo son las migraciones.
Chaves volvió a externar la preocupación por los recursos que son “cada vez más limitados” y el espacio fiscal que “es estrecho”.
“Al sur del Río Bravo ningún país tiene el porcentaje de migrantes regulares en proporción a su población que posee Costa Rica, con un 11,5%, más de 500 mil personas. Porcentaje que se elevaría si conociéramos la información de los migrantes irregulares”, agregó Chaves. Se podría llegar, estimó, a casi un 20% de la población, con el dato de migrantes irregulares, y se requieren recursos que “simplemente no tenemos”.
Por ese motivo, el llamado de Chaves es que Latinoamérica sea próspera. “Que la balanza se equilibre, que la prosperidad y la paz se extiendan por la región para que nadie tenga que volver a salir de su patria expulsado por el hambre y el miedo”, enfatizó.
“El fenómeno migratorio, se explica cuando la balanza de la prosperidad, de la seguridad y de las oportunidades se inclina hacia un lado, la gente buscará justamente el lado que le permita volver a soñar”, dijo Chaves ante sus homólogos en la Cumbre.