- Saprissa quedó eliminado en la tierra de los Toros del Norte y sin necesidad de una gran final, San Carlos es el nuevo campeón nacional del fútbol costarricense.
Toda la tensión que se vivió durante los 90 minutos en un partido de mucho cálculo en el Carlos Ugalde terminó con un empate 0-0, un marcador que necesitaban los norteños para conquistar su primer título en la Primera División.
Por momentos fue un partido incómodo. Para San Carlos, la idea del error los hizo jugar cohibidos y nerviosos; para Saprissa, la intranquilidad de que el tiempo se agotara y no poder responder.
Saprissa propuso más e intentó dar algo de atractivo con su fútbol de toque, todo buscando alimentar a Rubilio Castillo, novedad en el planteamiento de Wálter Centeno para este juego de vuelta.
Con Rubilio Saprissa ganó peligro y presencia en el área. Pero la verdad es que opciones claras fueron muy pocas.
Rápidamente los morados dominaron las acciones del juego, tal y como sucedió en el juego de ida. Mientras esto ocurría en el campo de juego, en las gradas la incertidumbre provocaba un incómodo silencio y no era para menos, lo que veían no les gustaba a los sancarleños.
Este control en parte se dio por el ingreso de Michael Barrantes a la línea de volantes, su posición natural. Ahí donde se siente más cómodo para armar juego.
Los norteños sufrieron por errores propios y eso provocó que a más de uno se le pararan los pelos.
De momento, los norteños vivían de la renta y con lo mínimo les daba para soñar con el título nacional.
Así, sin muchas emociones, el tiempo comenzó a pesar y hacerse más grande el cronómetro, todo mientras Saprissa tomaba más riesgos, pero sin mayor sorpresa. Eso sí, los morados crecían en confianza, pero no se animaban a tirar. Pareciera pecado capital rematar de lejos en el planteamiento del Paté.
Por si fuera poco, Centeno decidió sacar a Rubilio para meter a Marvin Angulo y así tener más la pelota. Curiosamente, sacó al hombre gol justo en el momento en el que más necesitaban.
Ya con el reloj encima, el Saprissa de Paté, del toque y el dominio en el mediocampo se olvidó de todo y comenzó a lanzar pelotazos. La desesperación tomó las acciones de los tibaseños.
Una vez finalizado el partido la afición tomó la cancha, la historia se hizo realidad y se cumplió. San Carlos pasó de estar en la Liga de Ascenso a ser campeón nacional, todo en menos de un año.