“Con San Isidro Labrador, más Cristo y más Iglesia” como lema, cinco seminaristas de la Diócesis de Ciudad Quesada realizaron la misión anual que programa el Seminario Nacional Nuestra Señora de los Ángeles.
Como texto bíblico de inspiración se tuvo la cita bíblica de Juan 15, 5: “Yo soy la vid; ustedes los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ese da mucho fruto, porque sin mí nada pueden hacer”.
La Misión inició el domingo 2 de octubre con la Eucaristía, a las 11:00 a.m., en la Parroquia San Isidro Labrador de Peñas Blancas, presidida por Monseñor José Manuel Garita Herrera, Obispo de Ciudad Quesada, y en la cual se dio el envío de los seminaristas Donaldo López, Albán Ulate, Isaías Hidalgo, Jeison Linares y Daniel Ulate.
“Es fundamental el contacto con la comunidad y la vivencia pastoral parroquial. El contacto pastoral con la comunidad es el motivo y finalidad de la formación de ustedes seminaristas; debe ser nuestro desvelo desde la caridad pastoral”, expresaba entonces Monseñor Garita a los seminaristas.
Noticias Santa Clara conversó con los seminaristas Daniel Ulate e Isaías Hidalgo para conversar sobre esta experiencia que se extendió hasta el viernes 7 de octubre, en esta Parroquia que vive el Año Jubilar dedicado a su santo patrono.
Para Ulate, toda esta experiencia le envuelve en un sentimiento profundo de agradecimiento, al tiempo que resaltó la necesidad de hablar de Dios y compartir los sacramentos.
“Es muy enriquecedor el compartir, fueron tantas experiencias, tan bonitas… sale del corazón un gracias, porque Dios se sigue luciendo”, detalló.
Los primeros dos años de formación los seminaristas tienen una experiencia propia por niveles formativos y el resto de los años se hace una experiencia de crecimiento y acercamiento a una parroquia por diócesis.
El Padre Oscar Valerio, párroco de San Isidro de Peñas Blancas, acompañó esta Misión.
Los seminaristas compartieron y recorrieron distintos puntos de las comunidades; estuvieron con jóvenes, adultos mayores, familias enteras.
“Fueron tantas experiencias tan bonitas… toda la gente nos muestra que el amor de Dios está presente”, resaltó Daniel Ulate.
Por su lado, Isaías Hidalgo señaló la riqueza que se encontraron en cada lugar, al compartir sacramentos y distintas actividades que les permitió tener contacto con la comunidad.
“El mundo necesita muchos santos… si cada uno de nosotros tomara conciencia de la importancia de vivir como buenos cristianos el mundo cambiaría mucho”, reflexionó Hidalgo, al concluir la misión, que tiene como fin seguir llevando la esperanza que viene de Dios.