- Entre los principios que Jesús nos ha dado para la vida social y familiar, el sacramento del matrimonio es un signo de unión con la iglesia.
El esposo y la esposa, dentro de la fe, crean una alianza en el amor de Dios que han recibido desde su bautismo, elevada a un signo de gracia entre los 3, que lo hace eterno e insoluble.
La actual problemática que atraviesa la sociedad, es la poca valoración que se hace de la vida, de la familia a la vocación de ser esposo o esposa.
Iniciando desde el noviazgo en el presente, se crean relaciones carentes en la llamada de Dios, en la que no hay respeto suficiente ni entrega ante el Señor, viviendo un noviazgo de manera equivocada, que al llegar al matrimonio se convierte en una proyección errónea al enlace matrimonial, así lo detalló Albán Arroyo, cura de la parroquia de San Martín, quien además resaltó una cita del Papa Juan Pablo II.
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Lamentablemente existen parejas que en repetidas ocasiones realizan el curso de matrimonio con un pensamiento de obligación, no de entrega ni de sentimiento.
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El origen del matrimonio entre una pareja no es solo cultural, sino que procede de la misma naturaleza humana en cuanto que la Biblia, al principio de que «Dios los creó hombre y mujer» y entre los principios que Jesús, nos ha dado para la vida social y familiar, el sacramento del matrimonio es un signo de unión con la iglesia, de amor verdadero inquebrantable.
Jueves 5 de julio de 2018
Elaborado por: Karen Rivera