Tras los enormes derrumbes que ocurren desde el pasado 16 de julio dentro del Parque Nacional del Agua Juan Castro Blanco, cuya atracción natural a la vista de los residentes y visitantes, ha sido durante años, un “volcán dormido”, Noticias Santa Clara consultó al vulcanólogo Gino González, de la organización Volcanes Sin Fronteras, en Costa Rica, cuáles son algunas características de esta montaña y cuáles serían algunas repercusiones de esta emergencia.
González mencionó que se sabe muy poco del Volcán Platanar, pues no se ha estudiado a profundidad en el país, pero de acuerdo con su experiencia, se cree que su última erupción fue hace más de 10 mil años.
Este se cataloga como un estrato volcán, es decir, el mismo fue compuesto por diversas erupciones en el pasado.
Incluso, González, resaltó que muchas de sus lagunas, cercanas al sitio donde se presentó la reciente emergencia, fueron provocadas por deslizamientos.
“Se está repitiendo la historia geológica de nuevo”, expresó.
Para González, un deslizamiento dentro del área de un volcán, debe ser de mucho cuidado.
Los mismos pueden venir acompañados de algún cambio en la actividad del volcán o una posible erupción.
Mencionó que las instituciones de investigación del país “tienen la tarea de investigar y relacionar el deslizamiento con la actividad electroestática del volcán”.
“De momento no tenemos indicios de ninguna otra cosa”, expresó.
El pasado 25 de julio, tras una presentación informática, Carlos Méndez, Licenciado en Geografía, egresado de la Universidad de Costa Rica (UCR), brindó detalles de una investigación que ha desarrollado por más de 20 años junto a su padre, Freddy Méndez, ambos miembros de la Asociación Parque Nacional Juan Castro Blanco (Apanajuca), lo cual les permitió estimar que la avalancha de esta ocasión fue de al menos 211 hectáreas de terreno; además, de acuerdo con sus estimaciones, hay cerca de 118 hectáreas más comprometidas.